8 septiembre 2024
Óscar Jiménez Núñez
EL FRANCOTIRADOR
La reciente decisión de la Sala Superior de desechar el recurso de impugnación presentado por el Partido Acción Nacional (PAN) en torno a la elección de alcalde en Nuevo Laredo marca un hito significativo en el proceso democrático local, reconfirmando el triunfo de Carmen Lilia Canturosas Villarreal en las elecciones locales recién pasadas.
Esta resolución no solo tiene implicaciones directas sobre el panorama político del municipio, sino que también refleja el estado actual del sistema judicial electoral en México, pero deja en claro que la candidata morenista le ganó limpiamente a la candidata panista.
El PAN había aludido a presuntas irregularidades en el proceso electoral que, según sus afirmaciones, comprometían la legitimidad del resultado, pero no aportó pruebas contundentes.
Y por eso Carmen Lilia Canturosas Villarreal iniciará muy pronto su segundo período constitucional como presidenta municipal de Nuevo Laredo.
Este tipo de alegaciones no es nuevo en el ecosistema electoral del país, donde los partidos frecuentemente recurren a instancias judiciales para disputar resultados que consideran adversos o viciados.
Sin embargo, el fallo de la Sala Superior fortalece la posición del Tribunal Electoral como un organismo dispuesto a salvaguardar el resultado electoral salvo que se presenten pruebas contundentes en contra.
La impugnación de elecciones es una herramienta crítica en cualquier democracia, diseñada para asegurar que los procesos se lleven a cabo de manera justa y transparente.
No obstante, también es vital que estas herramientas no sean utilizadas de manera frívola (como parece ser el caso) o como una táctica política sin base sólida.
La decisión de la Sala Superior resalta la necesidad de que las impugnaciones estén sustentadas con pruebas claras, y recuerda a todos los actores políticos la importancia de respetar la voluntad popular expresada en las urnas.
Para el electorado de Nuevo Laredo, este fallo puede ser interpretado como una confirmación de su decisión en las urnas, y es un llamado a la calma y a la confianza en las instituciones encargadas de dirimir estos conflictos.
A su vez, los actores políticos deben aprender a entender estos resultados como oportunidades para mejorar y fortalecer sus propuestas, en lugar de verlos únicamente como derrotas que deben ser combatidas hasta en las cortes.
Es crucial que el sistema electoral continúe evolucionando para asegurar procesos cada vez más transparentes y confiables, lo cual fortalecerá la democracia y contribuirá a la estabilidad política.
Este tipo de decisiones judiciales subrayan el papel de los tribunales como árbitros imparciales y guardianes de la legalidad y la transparencia electoral.
En conclusión, el fallo de la Sala Superior en el caso de Nuevo Laredo es un recordatorio de que la justicia electoral no solo actúa como un control sobre las elecciones, sino también como un pilar central en la consolidación democrática del país.
Los partidos políticos, en particular, deben reafirmar su compromiso con el proceso democrático y trabajar para mejorar sus estrategias de participación ciudadana, reforzando así la confianza pública en la política electoral y en sus actores.
Ojalá y la reconfirmación de la Sala Superior del triunfo de Carmen Lilia Canturosas Villarreal en la elección de alcalde de Nuevo Laredo ya le dejé en claro este tema a la que fue candidata del PAN.
osjinuf@gmail.com
